
En mi deambular por el Centro Histórico de la Ciudad de México me encontré ahora con otro artista, Rafael Guizar, homónimo del celebre Monseñor. Este singular pintor hace trabajos por encargo y en esta ocasión lo pude conocer en la banqueta del Palacio de Correos mientras dibujaba habilmente lo que despúes sería una hermosa acuarela del Museo Nacional de Arte, MUNAL.
Con trazos seguros y pinceladas exactas fué emergiendo un bello trabajo. Siendo neófito en la materia recuerdo que en algún lado leí que esta técnica es la más dificil de todas ya que es casi imposible esconder errores. Guízar, con su naturaleza sencilla me habló de su trabajo sin quitar los ojos de su modelo.

Un buen rato estuvimos compartiendo la banqueta mi amigo Fernando y yo con Rafael, bohemio, de plática inteligente, apasionado del arte. A ti que me lees te voy a dar un consejo que un día recibí: cuando compres pinturas no adquieras imitaciones, compra originales sin importar que el pintor sea desconocido, jamás te arrepentirás de ello.
El pintor Guízar tiene su estudio a unos pasos del Nacional Monte de Piedad, precisamente en el N°. 412-4° piso por si quieren ponerse en contacto para adquirir sus obras de arte.